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martes, 3 de noviembre de 2015

LA SAGA DEL RE-ANIMADOR. Especial de Halloween 2015. Tercera parte



Más allá del Re-Animador
Beyond Re-Animator


La traducción del título es mía, pues oficialmente esta cinta no tiene título en nuestro país (En Argentina salió directamente a video simplemente con el título Re-Animator 3). Es un tanto irónico que aunque la película fue producida y filmada enteramente en España, incluso allá su título oficial sea Beyond re-Animator.

Brian Yuzna, 2003

¿Por qué pasaron casi quince años entre la segunda y tercera partes de la trilogía de El re-Animador? Quizá sea porque en la segunda entrega ya parecía que se les estaban acabando las ideas. Sea como fuere, durante la década pasada Yuzna logró levantar varios proyectos producidos en la Madre Patria —siendo el mejor de ellos, en mi opinión, Dagón: la secta del mar (Gordon, 2001), debería hablar sobre ella próximamente—. La tercera parte de la saga retoma conceptos de las películas anteriores, pero también explora nuevas direcciones; si su travesía es venturosa queda un poco en duda, pero por  lo menos se aprecia y se agradece la intención de innovar.


    En esta cinta el joven Dr. Howard Phillips (Tommy Dean Mussett, quien guarda un enorme parecido con Topher Grace) pide hacer su residencia en la prisión de Arkham ¿La razón? Años antes vio morir a su hermana a manos de un cadáver reanimado por el Dr. Herbert West (Jeffrey Combs en el papel que nació para interpretar) —quien por segunda ocasión, sin explicaciones de por medio, sobrevivió al final de la película anterior—, quien se encuentra recluido en dicha cárcel. Phillips en su ingenuidad cree que puede aprender los secretos de West y para ayudar a la gente. El Re-Animador toma al joven médico bajo su tutela y lo utiliza para que lo ayude con sus experimentos, que en esta ocasión involucran la reanimación de cadáveres y la transferencia de una sustancia descubierta por West llamada nanoplasma, que evita que los cuerpos reanimados se pongan locos. Sin embargo, hay un elemento con el que West no contaba: la sexy reportera Laura Olney (la deslumbrante Elsa Pataky) y cuya relación romántica con Phillips podría poner en peligro no sólo los experimentos, sino a toda la Prisión de Arkham.


    Si bien la segunda parte se sentía ya un poco gastada, esta tercera entrega es refrescante aunque no tan potente... como la Coca Light. Como que algo se pierde en la traslación y, aunque la historia se cuenta bien y la película es divertida, como que algo le falta, como que es difícil aceptarla por completo como una cinta de Re-Animator. Quizá sea el hecho de que aunque haya montones de sangre, desnudos —no se emocionen, a la Pataky sólo la vemos topless de perfil— y una escena con un pene cercenado y reanimado, la peli se siente más fresa; o quizá sea el hecho de que, al no poder llegar a la perfección tonal de la primera parte, deciden cambiarle por completo el tono y en el tercer acto se vuelve más épica.


    En sí, también es en gran medida una película de cárcel con muchos de los elementos característicos —y clichesosos— del cine de este subgénero: El reo fanático religioso, el que es más junkie adentro que cuando estaba afuera (interpretado hábilmente por el genial Santiago Segura), al latino desgraciado pero con corazón de pollo, el alcaide ebrio de poder, la fraternidad entre presos, etcétera, etcétera.


    En general, esta película le baja un poco al tono de comedia manejado en las anteriores y de repente como que se quiere volver seria, se da cuenta de que no lo logra y vuelve entonces a la guasa. Y lo del humano con mente de rata igual es divertido y sirve bien como preámbulo para presentar a la Pataky con mente de dictador, pero en general creo que termina por no ser convincente.


    Se agradece que los realizadores hayan tratado de mantener al mínimo el uso del CGI y la gran mayoría de las escenas en las que lo usan resulta eficiente. Pienso particularmente en las piernas elongadas del alcaide-rata o la cabeza cercenada de la reportera al final de la película. El único que sí me queda a deber es el torso ambulante de Cabrera (Enrique Arce).


    Así pues, Más allá del Re-Animador es divertida y lo mantiene a uno entretenido durante su hora con cuarenta minutos de duración (es la más larga de las tres películas); pero, con ella más que con la segunda parte, uno al final se queda con esa sensación de que acaba de ver algo completamente innecesario. Ironías de la vida, esta es la única película de la trilogía en la que Herbert West explícitamente escapa al final.



PARA LA TRIVIA: El apellido del personaje de Elsa Pataky, Olney, es una referencia al cuento de Lovecraft titulado La extraña casa en la niebla cuyo protagonista lleva ese nombre.




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