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miércoles, 14 de agosto de 2013

BATMAN: EL CABALLERO DE LA NOCHE ASCIENDE. El Hombre Murciélago sí cayó con gracia esta vez.



BATMAN: EL CABALLERO DE LA NOCHE ASCIENDE

The Dark Knight Rises

 

Christopher Nolan, 2012

 
Cuando un proyecto fílmico es planteado desde un inicio como una trilogía, generalmente sigue una estructura en la que cada una de las entregas es como un acto de una obra dramática más grande. Casi siempre, lo que se procura en la segunda parte es explorar líneas argumentales y elementos radicalmente opuestos a los de la primera parte; por esta razón en El Imperio contraataca (Kershner, 1980) el Imperio Galáctico triunfa sobre la Alianza Rebelde, en X-Men 2 (Synger, 2003) los X-Men se alían con la Hermandad del Mal, y una nutrida cantidad de etcéteras. Del mismo modo, las terceras partes suelen ser una especie de síntesis de las dos primeras y, por lo general, retoman elementos expuestos en la primera entrega; por esa razón es que Casey Jones regresa en Tortugas Ninja III (Gillard, 1993), Luke Skywalker vuelve a Tatooine en El regreso del Jedi (Marquand, 1983), y el alien en Alien 3 (Fincher, 1992) vuelve a ser sólo uno. La tercera parte de la trilogía de El Caballero de la Noche cumple exactamente con esta fórmula.
    Han pasado ocho años desde la muerte de Harvet Dent (Aaron Eckhart), por la cual Batman (Christian Bale) fue incriminado y obligado a desaparecer. Durante ese tiempo, Gotham City ha avanzado enormemente en la guerra contra el crimen, implantando leyes y penas más severas inspiradas por la figura de Dent; durante ese periodo, mientras tanto, Bruce Wayne se ha convertido en un ermitaño recluido en su mansión. Por su parte, el comisionado de policía Jim Gordon (Gary Oldman) sigue la pista del mercenario Bane (Tom Hardy), quien se ha refugiado en el subterráneo de Gotham junto con un ejército listo para dar un golpe de Estado a la ciudad. A la par, la caída de las acciones de Wayne Enterprises debida a un supuesto error de Bruce Wayne, el nombramiento de Miranda Tate (Marion Cotillard) como directora de la compañía y la aparición de la esquiva ladrona profesional, Selina Kyle (Anne Hathaway), son sólo más alicientes para convencer a Batman de volver a la ciudad.
 
    A ocho años de haberse estrenado la primera parte de la trilogía, Nolan se despide con un cierre espectacular que, como ya hizo costumbre en esta saga, es una crítica a la sociedad contemporánea. En esta ocasión el director británico pasa a cuchillo temas como los contratos sociales, los mecanismos del poder, el terrorismo y las revoluciones sociales. En esta película, las bases de la sociedad capitalista como la conocemos son cimbradas en el microcosmos que es Gotham City, pero que por momentos recuerda a Roma.
    Esta cinta, por lo menos en su primer acto, sigue más o menos fielmente la primera mitad de la saga de cómics de La caída del Murciélago (1993-1994); mientras el segundo y tercer actos están un poco más inspirados por la saga del Terremoto de Ciudad Gótica que apareció dentro de la serie regular del Hombre Murciélago.
    A gusto de un servidor, esta cinta es la que tiene el guión más fuerte de toda la trilogía. La historia está muy bien planteada y, gracias a una narrativa ágil, el ritmo es bastante bueno, tanto que ni se sienten las dos horas y cuarenta y cinco minutos que dura. En esta cinta se cierran muchas de las líneas argumentales y cabos sueltos que se habían planteado desde la primera cinta (como por qué Ra’s Al Ghul era interpretado por un japonés); pero lo hace de forma sutil y orgánica, dando tiempo a que todo termine, no como George Lucas que quiso resolver toda la nueva trilogía de Star Wars en los últimos 20 minutos del Episodio III (2005).
 
    Al respecto de los personajes, todos ellos son complejos y uno que otro incluso tienen una predecible vuelta de tuerca en la película, lo que los vuelve muy ricos. Nuevamente, el apabullante Michael Cane se avienta una escena de antología en la que el fiel mayordomo Alfred Pennyworth discute con Bruce Wayne (nuevamente Christian Bale, a quien ya se le empieza a notar el peso de los años). Todas las interpretaciones son geniales, y en este caso ninguna queda a deber. La caracterización de todo el elenco es más que convincente.
    Y ya entrados en ese rubro, es más que conocida la enorme cantidad de licencias que se toma Nolan con respecto a los personajes del Batiuniverso. Sin embargo, suele salir venturoso de estos experimentos, y este caso no es la excepción.
    Por principio de cuentas tenemos a Selina Kyle, que no es Gatúbela (Catwoman pa’ los cuates). De hecho, Nolan prohibió a los miembros del elenco y del staff que se refirieran al personaje con dicho nombre, pues quería evitar a toda costa cualquier asociación con la versión camp de la serie de televisión protagonizada por Adam West. Ironías aparte, el diseño de vestuario que escogieron para Hathaway es un referente directo al utilizado por Julie Newmar, la primera (y mejor, a mi gusto) Catwoman de la serie de los 60.
 
    Esta No-Catwoman (jajaja, recordé ese episodio de Los padrinos Mágicos cuando Cosmo se convierte en Súper-No-Es-Cosmo) está muy inspirada por la aproximación que del personaje escribió Jeff Loeb para la saga de cómics Hush (2002-2003). Asimismo, se enfatiza el carácter de Selina Kyle como una superviviente, cínica y pragmática, que cae más en la categoría de súper antihéroe que en la de villano. Se hacen también varios guiños a la ambigüedad sexual de Catwoman que tanto ha sido explotada en los cómics desde finales del siglo pasado.
    El resultado es una No-Catwoman bastante cercana a la idea original de la Catwoman de los cómics y que además se ve increíble en ese traje de spandex.
    En el equipo de los villanos tenemos a Bane. Esta interpretación del personaje está muy lejos, alabados sean los dioses quienesquiera que sean, del matón descerebrado y ridículo que trabajaba como esbirro de Poison Ivy (una Uma Thurman de pena ajena) en la insufrible Batman & Robin (Schumacher, 1997); pero, y también hay que decirlo, por lo menos en forma también se aleja bastante del terrorista y narcotraficante cubano vestido de luchador que venció a mano limpia a Killer Croc a su llegada a Gotham City en la mencionada Caída del Murciélago.
 
    En si, en el fondo, el personaje de Bane que aparece en esta peli sí es cercano al de los cómics. Sin embargo, éste tiene un carisma mucho mayor. Bane arma una revolución en Gotham, pero no para hacerse con el poder, sino para otorgar el poder a la ciudadanía. En este sentido, Nolan aborda una faceta poco discutida del terrorismo: es el último recurso de las voces que no son escuchadas. Sin embargo, conforme la película avanza, se revela que esta revolución es en realidad parte de un plan mucho más grande.
    A pesar de que le quitaron la máscara de luchador, el diseño de Bane me parece bastante afortunado. Lo único que sí no me gustó mucho fue ¿dónde quedó el Bane? En los cómics se suponía que la fuerza sobrehumana de este supervillano provenía de la droga llamada Bane, de la que siempre llevaba una dotación que constantemente se inyectaba en su torrente sanguíneo (vaya, pues sí, como en la insufrible Batman & Robin…). Sin embargo, en esta cinta, dicho elemento quedó fuera por completo.
    También como fanático aferrado de Batman creo que hablo por muchos más al decir que sí echamos un poco en falta la aparición de Azrael; sin embargo, el incluirlo en esta película la habría alargado innecesariamente. La saga completa en los cómics se compone de 4 partes: La espada de Azrael, La caída del Murciélago, La Cruzada del Murciélago y Duelo de Murciélagos.
    En general se trata de una gran película y un gran cierre de trilogía. Son bastante evidentes los esfuerzos de Nolan porque no se pudiera continuar con la línea argumental planteada en esta saga, así que la próxima aparición del Hombre Murciélago tendrá que empezar desde cero.
    Como lo mencioné antes, en términos de guión me parece la mejor lograda de las tres partes, es más redonda y más equilibrada. Sin embargo, también he de decirlo, es la que tiene el peor final.
    Para empezar, la muerte de Bane es completamente anticlimática; incluso creo que llega a ser indigna de un personaje de tal talla como se construyó durante el resto de la película. Por otro lado, el epílogo es completamente innecesario; es ocioso y sobre explicativo, pero, sobre todo y eso sí me parece imperdonable, es complaciente. Esta película puede disfrutarse perfectamente y, de hecho creo que se disfruta más, sin los últimos cinco minutos. En la segunda película de los Expedientes X, Quiero creer (Carter, 2008),  SPOILER el epílogo muestra un final feliz en el que Mulder y Scully terminan juntos; justo lo que los fans esperamos 15 años para ver, pero que nadie se había atrevido a mostrar; TERMINA EL SPOILER  empero, en este caso, el epílogo aparece hasta que los créditos finales han avanzado 5 minutos, así que uno puede no verlo si no quiere… o si se sale de la sala de cine justo después de que acaba la película.  

PARA LA TRIVIA: Las tres finalistas entre las actrices que audicionaron para el rol de Selina Kyle fueron Anne Hathaway, Keira Knightley y Jessica Biel. Mientras tanto, la terna finalista para interpretar a Miranda Tate estaba compuesta por Marion Cotillard, Naomi Watts y Rachel Weisz.

PARA LA TRIVIA GEEK: Hace varios años, cuando la línea argumental que tomaría esta cinta era aún incierta, muchos rumores circulaban por aquí y por allá. Entre los más fuertes estaban los villanos que aparecerían en la cinta: Se habló muy fuertemente de la aparición de The Riddler, interpretado por Heath Ledger; e incluso en fechas ya muy cercanas al inicio de la filmación se aseguraba la aparición del Dr. Hugo Strange interpretado por Robin Williams, y de Harley Quinn. De hecho, mientras audicionaba, Anne Hathaway creyó que lo hacía para el personaje de Quinn.

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