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lunes, 4 de febrero de 2013

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS, TERCERA PARTE


EL RETORNO DEL REY
The Return of The King
Peter Jackson, 2003

Al igual que sus predecesoras, esta película tiene tres cortes diferentes: El corte para cines (201 minutos), la edición extendida para DVD (251 minutos) y la edición extendida para Blu-Ray (263 minutos). Cabe señalar que en el caso específico de esta cinta más que una edición extendida podríamos hablar de una edición alternativa, ya que no sólo muchas escenas fueron extendidas y reintegradas, sino que algunas incluso fueron cambiadas por completo.
En su edición extendida para Blu-Ray, la conclusión de esta epopeya contemporánea es una película de 4 horas de extensión, incluyendo el infame final de 25 minutos. Como dije en la conclusión de mi reseña sobre la entrega anterior de esta trilogía, conviene más ver esta saga como una película muy larga dividida en tres partes. De tal suerte, el final de 25 minutos es el cierre de una película de alrededor de 12 horas de duración.
    El viaje de Frodo (Elijah Wood) y Sam (Sean Astin) para destruir el Anillo Único llega a su fin en las desoladas tierras de Mordor. Del mismo modo, Minas Tirith, capital del reino de Gondor y último bastión de la defensa en contra de Sauron, el Señor Oscuro (Voz de Allan Howard), está por librar la batalla decisiva contra las Fuerzas del Mal. Mientras tanto, Aragorn (Viggo Mortensen) cabalga junto con los Jinetes de Rohan en una carrera por llegar a tiempo a defender Minas Tirith y recuperar el trono que le corresponde.

    Esta película es la adaptación más libre del texto de Tolkien, pues juega con los tiempos y la simultaneidad de algunas situaciones, además de que manda a pasear la segunda mitad del libro. Con todo, a pesar de estos detalles y su excesiva duración, es la culminación perfecta para la Trilogía y, sin dudas, es la más bélica de las tres.
    Al tomarse las licencias antes mencionadas, en realidad la película incluye los últimos capítulos de Las Dos Torres; como el enfrentamiento con Ella-Laraña (Shelob), una araña  gigantesca y muy ponzoñosa que según El Silmarillion, la obra cosmogónica de Tolkien, es más vieja aún que el mismo Sauron.
    El inicio de esta tercera película es mucho más oscuro que el de las anteriores, incluso el prólogo cuenta la trágica historia de cómo Sméagol se convierte en Gollum.  Jackson logra un efecto de paralelismo entre la narrativa de la cinta y las emociones de los personajes que, para este momento, se encuentran cercanos a su hora crítica. Frodo está siendo consumido por el poder del Anillo único, la relación entre Sam y Sméagol se torna más áspera, Gandalf (Ian McKellen) debe salvar a Minas Tirith a pesar de su gobernante y Aragorn debe enfrentar su pasado, aceptar su presente y tomar las riendas de su futuro para poder reclamar el trono que por derecho le pertenece, pero que todos temen que tome.

    Si el final de la cinta anterior fue épico y magnánimo, esta cinta lo supera con creces. Más de la tercera parte de la peli son batallas. Podría parecer que tal extensión daría al traste con el ritmo de la cinta, pero la verdad es que Jackson logra manejar la edición y la dirección de escena con una maestría y un timing impecables, haciendo de la Batalla de Pelennor, por ejemplo, la escena épica más grande que he visto hasta ahora. Es entretenida y es de un gran peso dramático.
    Precisamente en esta batalla viene otra de las referencias de Tolkien a Macbeth. Según le vaticinan las brujas al guerrero escocés, no podrá ser derrotado por ningún hombre parido por mujer. Finalmente, el confiado Macbeth encuentra la muerte a manos de quien fue extraído por cesárea del vientre de su madre muerta. Rindiendo homenaje a este pasaje de la obra de Shakespeare, en El Retorno del Rey se menciona que el Rey Brujo de Angmar, líder de los Nâzgul, no puede ser vencido por ningún hombre. El guerrero espectral es derrotado por Eowyn (Miranda Otto), sobrina de Théoden, quien se disfrazó de soldado para poder luchar.
    Los efectos especiales, que de por sí eran buenos ya en la primera entrega, en esta última se ven mejorados y refinados; al grado de que Gollum casi parece un ser de carne y hueso. A excepción de algunas escenas donde todavía se ve el montaje de los actores sobre escenarios virtuales, la mayoría de los efectos son impactantes, pues cumplen con la función ideal de los efectos especiales: que nadie note que están ahí.

    El soundtrack corre una vez más a cargo de Howard Shore, quien experimenta con variaciones de los temas planteados en las cintas anteriores para expandir el universo de la cinta, logrando dimensiones monumentales, adecuadas para las complejas secuencias que se presentan en pantalla. El tema cantado de esta película, ganador del Oscar a Mejor Canción (injustificadamente, según un servidor), es interpretado por la siempre soporífera Annie Lennox. Me parece mucho más interesante la canción interpretada a capella por Billy Boyd.
    Como señalé anteriormente, la segunda mitad del último libro de la novela de Tolkien quedó fuera de la película. En el texto original, una vez que Frodo y Sam regresan a La Comarca, se encuentran con que ésta ha sido conquistada por Saruman y Grimma. De tal suerte, Frodo y Sam deben organizar una revuelta de hobbits para expulsar a Saruman. En la edición extendida de El Retorno del Rey se incluye la escena de la muerte de Saruman, la cual es casi tal cual como sucede en el libro, sólo que en un momento y una locación diferentes.
        Así, con el Anillo Único destruido y Aragorn coronado en una escena que mucho nos recuerda al final de Star Wars (Lucas, 1977), concluye la que ha sido la epopeya fílmica más grande hasta el momento. Una obra de proporciones titánicas con, según un servidor, más aciertos que errores y que ha aportado un par de iconos a la cultura popular. Su única debilidad sigue siendo el hecho de que quizá no sea tan atractiva para todo el público, y que aún hay personas que consideran que no vale la pena pasar doce horas de sus vidas viendo una película.

PARA LA TRIVIA: Para cuando terminó el proceso de filmación de la Trilogía, luego de 18 meses, el elenco y los miembros del staff tenían derecho a recibir la ciudadanía neozelandesa.

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